Más allá del muralismo
El arte mexicano de la primera mitad del siglo XX es un territorio ampliamente explorado, pero su historia ha permanecido durante mucho tiempo eclipsada detrás de cuatro figuras: los tres grandes del muralismo –Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco– y, desde los años ochenta, Frida Kahlo. La exposición que se abrió en octubre en el Grand Palais en París, Mexique 1900-1950: Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco et les avant-gardes, parece confirmar desde el título ese predominio. Aunque por un lado no se puede contar la historia del arte moderno en México sin apelar a algunos nombres demasiado conocidos, habría sido un error reducirlo a ellos. La muestra de París es un intento tímido pero necesario para ampliar esa mirada.
Agustín Arteaga Domínguez, curador de la muestra, ha introducido algunas novedades: ha subrayado las décadas precedentes de la Revolución, el papel de las mujeres en la sociedad posrevolucionaria y en la vanguardia y los otros movimientos marginalizados por los muralistas: el estridentismo, el Grupo de Pintores ¡30-30!, los Contemporáneos y los surrealistas. Además, al final de cada sección temática, decidió incluir una obra de un artista reciente que sirve como testimonio de la vitalidad de las tradiciones expuestas.